Dr. Francisco José Pacheco Silva
En el
proceso de la enseñanza aprendizaje los procesos de planificación y evaluación
están permanentemente entrelazados; uno es complementario del otro, por lo cual
no se conciben sus ejecutorias de modo independiente. Así, ambas actividades, deben
involucrar el ingenio y la combinación de esfuerzos orientados al cumplimiento exitoso
de las metas que atañen tanto a la acción educativa como a la formación
profesional del estudiante.
Desde
esa premisa, las estrategias concebidas para posibilitar la enseñanza –
aprendizaje en la Universidad, y en cualquier otra institución educativa, deben
adaptarse al nivel en el cual se educa y en correspondencia ser entendidas como
acciones direccionadas al sujeto en formación; planificadas para ser ejecutadas
bajo la condición y función gestora del docente, quien está llamado a adquirir
conciencia de ello y por consiguiente a centrar su esfuerzo en las necesidades
de los sujetos a quienes educa. Esto, en procura de alcanzar el propósito mismo
de la acción formativa y educadora.
Visto
así, en cualquier nivel de la educación, la vinculación docente – estudiante adquiere
una particular relevancia y a favor de ella se requiere la concientización
acerca de lo que se hace. Ambos actores tienen responsabilidad compartida en la
ejecutoria de las acciones que emprenden para cumplir con las políticas y planes
educativos y garantizar el disponer de evidencias que permitan emitir juicio y
dar fe del progreso alcanzado, tanto en el conocimiento adquirido como en el
desarrollo personal e intelectual de quien se educa.
En
orden de lo expuesto, las estrategias pedagógicas, se constituyen en un sistema
articulado de acciones, ideadas y organizadas por el docente para ser
ejecutadas en pro de un objetivo. Su gestión
debe caracterizarse por ser lo suficientemente creativa, flexible y coordinada
para garantizar el éxito de la labor didáctica.
Así
pues, las actividades diseñadas para llevar adelante la estrategia pedagógica
se constituyen en parte del proceder didáctico; el cual, en tiempos de
educación moderna exige crear, adaptarse y por encima de todo variar en el
método, manejo y empleo de recursos para captar la
motivación y atención del estudiante, lo cual hará posible el dejar de depender
de los tradicionalismos.
Ahora
bien, esa tarea requiere de reflexión y dedicación por parte del docente. Le
requiere colocar su máxima atención en aquello que es observable y le hace
recurrir a la investigación para conocer de aquello que no es evidente ante sus
ojos. Por mucho que se hable de cómo llevar adelante estrategias pedagógicas mediadoras
exitosas, nada se logrará si se deja de considerar el potencial del estudiante
y lo importante de estimular en él sus procesos de percepción y una actitud
favorable hacia su personal y social proceso de aprendizaje.
A la
luz de tales consideraciones, la experiencia docente me ha permitido evaluar
favorablemente lo importante de hacer uso de la creatividad y de sistematizar aspectos
como: las condiciones ambientales, las características de los grupos
estudiantiles; sus motivaciones, la disponibilidad y accesibilidad de los
recursos disponibles para diseñar y llevar a la práctica las estrategias
destinadas a mediar a favor del aprendizaje.
Desde
esa perspectiva, el estudiante es como el diamante bruto que necesita tallarse.
Su potencialidad está allí, a la espera de quien le ayude a despertar y
desarrollarse. Durante años, el proceder docente y el tradicionalismo han
ignorado de cierto modo estas capacidades y de allí lo erróneo e insatisfactorio
de algunos procesos educativos.
En
tiempos modernos el docente debe constituirse en la chispa que genere el
encendido del proceso educativo y en ese orden, su acción, debe estar movida por
la reflexión permanente. El discurso pedagógico debe ser orientador y en concordancia promover
en el estudiante, desde las estrategias concebidas: el culto a los valores, la participación
activa, el aprendizaje cooperativo, la socialización del conocimiento y el desarrollo
de aquellas habilidades que le permitan adquirir autonomía, pensamiento crítico, la
destreza en el manejo y empleo de los recursos tecnológicos y en concierto la
capacidad de autoevaluación para hacer más efectivo su aprendizaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario